jueves, 4 de diciembre de 2008

Decide soñar, decide triunfar. Parte II


William Shakespeare dijo: “Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños”

Todos en la vida tenemos sueños. Unos son realistas y alcanzables, otros no. Algunos se logran, otros tantos jamás. Hay sueños que nacen en el corazón de Dios, otros en nuestro propio corazón y con motivaciones personales.

Es importante entender que, un sueño es una imagen del futuro que produce pasión. Nada sucede hasta que alguien comienza a soñar.

Cada objeto y material que hoy vemos o percibimos, es la materialización del sueño de alguien, es decir, estuvo primero en la idea, la imaginación o el sueño de alguna persona.

La sabiduría popular nos dice que: "Soñar no cuesta nada". Es una capacidad humana, una habilidad que Dios, nuestro creador, nos ha concedido, la cual, usada de manera positiva enriquecerá nuestra vida.

Pero, el gran desafío que enfrentamos, no está en soñar, está en alcanzar nuestros sueños; todos sueñan, pero no todos alcanzan sus sueños.

La gran pregunta sería ¿Por qué? ¿Por qué algunos no alcanzan sus sueños? No sería sensato que atribuyamos el por qué a elementos como, las oportunidades o las circunstancias, ya que la historia nos ha demostrado, que estos pueden ser similares o iguales en personas que alcanzan sus sueños y aquellas que no.

Considero que la diferencia está en las decisiones. Es la voluntad de cada quien, apoyada en la asistencia y ayuda de Dios, la que determinará el alcance de los sueños.

La más importante cualidad, fruto de la decisión personal, que se pueda tener para alcanzar un sueño se llama la perseverancia. Son muchos los que inician la travesía hacia sus sueños pero se rinden a mitad del camino, sin llegar a la meta deseada.

Perseverancia es demostración de madurez. Es realizar una labor sin detenernos hasta el final. Y es un requisito fundamental para conquistar nuestros sueños. Sin ella sería sencillamente imposible.

Decide soñar, decide triunfar, decide ser perseverante.

¡UNA DECISIÓN PUEDE CAMBIAR EL RUMBO DE TU VIDA!