lunes, 13 de octubre de 2008

Definiendo el problema


Las decisiones son el corazón del éxito y, a veces, hay momentos críticos en que se pueden presentar dificultades, incertidumbres y exasperación.

Hoy les escribo sobre un aspecto importante y eficiente en el proceso para tomar buenas decisiones, como es: definir el problema.

Convertirse en una persona que toma buenas decisiones la mayor parte del tiempo, no es una tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Además, necesitamos entender que cada persona afronta la resolución de problemas, de una manera diferente y basada en su experiencia personal.

Por esto, desarrollar un proceso o esquema para tomar decisiones nos ayudará, en esos momentos críticos, en los cuales la ambigüedad, la incertidumbre, la falta de recursos o la novedad se presentan como barreras que nos desvíen del rumbo acertado.

Definir el problema o la situación, es el primer paso para decidir correctamente. Recuerde que un problema se define como “una situación real o anticipada en la vida que requiere respuestas por parte del sujeto; pero que no están disponibles o no son identificables por él, debido a la existencia de barreras u obstáculos”

Cuando se va a resolver un problema es necesario analizarlo, y puntualizar cuales son los procesos y aspectos relevantes que están influyendo en la aparición y mantenimiento del problema; o qué hace amenazante la situación.

En la cuarta frase del Salmo 23 dice, “Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”

Permita que Dios intervenga en este proceso de definir el problema y no olvides:
UNA DECISIÓN PUEDE CAMBIAR EL RUMBO DE TU VIDA.

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